lunes, 30 de abril de 2012

Un político sincero





Los votos ya están contados, y por una mayoría aceptable el pueblo, vosotros, habéis elegido depositar en mí la esperanza de consecuencias mejores. Me presento, si me dais el permiso, como vuestro nuevo mesías. ¿Tienen problemas mis conciudadanos? ¡ Para qué está mi figura si no! Señoras y señores, estamos ante el principio de un nuevo gobierno. Haces de luz se pueden ver más allá del horizonte. ¡Es el comienzo de un nuevo ciclo!

Queridos necios e ignorantes, a partir de hoy, os prometo la mentira más dulce de todas. Os mentiré a todos, a cada uno de vosotros. Pues creéis cualquier cosa, y es de buen grado para alguien con don de gentes como yo tener hasta al más ingenuo comiendo de la palma de la mano.

Ahora mismo os echaré en vuestros ojos secos y muertos por la amargura, una felicidad virtual y grasienta que seguirá con el empacho más alucinógeno de la historia. ¿Y por qué, queridos caninos? Mirad mi curriculo vitae: diplomas y más diplomas, para dar y regalar. ¿Sabéis leer? En realidad no importa. No os tenéis que preocupar por nada, queridos cachorrillos. Yo me encargaré de todo a partir de ahora.

Veamos: un grado en Demagogia, varios campamentos de retórica, cursos de desviación de bienes, un máster en Hipocresía Implícita y nada menos que un doctorado en Apatía Social. Todo esto, por supuesto, lo he estudiado en centros de élite. No digo que vuestros hijos se verán limitados, ¡no señor!, pero entre "nosotros" ya hay un acuerdo, y cierta gente "pequeña" está vetada. ¡El club es así!.

Si es que mis queridos ciudadanos no son nada tontos. Pero nada de nada. ¡Sabéis lo que queréis! Veo que os aburrieron mis anteriores compañeros, pero gracias a mis estudios os puedo asegurar que eso no va a pasar conmigo. Tras años de investigación, os presento... ¡la máquina de hacer pompas gigantes! Oh, por vuestros ojos puedo decir que estáis deseando probar los servicios de tal ingenio. Seguro que ahora mismo os imagináis flotando dentro de esas pompas super resistentes y cómodas. Y sobre todo ¡opacas! Me encanta la tecnología.

Desde que tengo uso de razón llevo esperando con ansias este momento. Siempre supe que la mentira es un producto que vende y no una moda pasajera. Y es que con tantos medios para "limpiar" vuestras humildes cabecitas, tonto es el que no se suba al mismo barco. Recuerdo cuando entre clases soltaba los típicos comentarios de adolescente rebelde para aumentar un poco más mi ego frente a la imposición de lo establecido: "Esto no me sirve para nada". Después de todos estos años me doy cuenta de que... ¡tenía razón! Siempre la tuve. Y como buen gobernante, os prometo que a partir de ahora vuestros hijos jamás tendrán que saber ninguna de esas cosas "inútiles".

Oh, perdonad un momento. Es que, de solo pensar en lo superior que me he vuelto con respecto a todos vosotros me salta una pequeña lagrimilla. No, tranquilos, no es para tanto. Preocupaos más por vosotros, esos pañuelos que me ofrecéis con tanto ímpetu para hacerme la pelota os será de gran ayuda más tarde. Aunque... en realidad no. ¿Os he dicho que mis pompas son amnésicas? Si es que está todo pensado.

He oído que mis queridos fantoches se han vuelto muy consumistas últimamente. ¡Qué prisa tiene todo el mundo hoy día! No importa. Tragad todo lo que queráis. Tengo falacias de varios sabores, recién horneadas todas las mañanas y en grandes cantidades. Solo tenéis que sentar en vuestro querido sofá y esperar con las pupilas dilatadas las mentiras hechas por el mejor chef de todos: ¡yo mismo! Si vuestro horario no cuadra con el mío: ningún problema. Me he asegurado de que saquen la misma horneada varias veces al día. Estoy seguro de que acabaréis bien alimentados. Porque mi canal es el más decente y el único que tenéis que ver en este país. ¿Lo sabéis, verdad? ¿Verdad?

¿Que qué pasará con mis anteriores compañeros, preguntáis? A quién le importa. Nada más salir del cargo no sé qué se meten en la cabeza que les da por sufrir accidentes sin ton ni son. ¿Absurdo, no es cierto? Es broma, los mataré a todos. Pero sigamos hablando del hermoso futuro que nos depara, muñequitos de trapo. Sé que estáis cansados de tanto cambio cada tantos años, pero os olvidais de una cosa: mis pompas son amnésicas. Hasta parece que ya están surtiendo efecto. Es cierto, estos cuatro años van a ser muy intensos. ¿He dicho cuatro? Ja ja, cuatro...

No nos vayamos por las ramas. Lo prometido es deuda. Preparé especialmente para este discurso, el de mi victoria sobre mis compañeros y por supuesto, sobre todos vosotros, necios, todas las bases que sentarán estos próximos cuatro años... ¿He vuelto a decir cuatro? Dios mío. ¡Mi subconsciente es bastante bromista! De todas formas... no, paso de contaros nada. ¿Para qué? Ya notaréis los cambios por vuestra cuenta. Os aseguro que va a ser muy divertido.

¿Suicidio? Oh, por favor, ¡no sean infantiles! Estamos y estaremos en una contínua crisis para mejorar mi nivel de vida, no hay tiempo para la muerte. ¡El suicidio es un lujo! Irse del mundo sin haber pagado vuestra pensión es el peor de los crimenes. Si os atreveis, vuestros hijos tendrán que vivir el doble, y ya sabemos lo que esto significa ¿no es así?

¿Por qué esas caras? ¿Acaso os parece mal las razonables condiciones que os propongo? ¿ Acaso no es eso lo que queréis: un cambio? Ah, veo que volvéis a sonreir. ¡Mis pompas son magníficas! Acostumbraos queridas hormiguitas, acostumbraos. Esa va a ser vuestra rutina a partir de ahora: recepción de información, indignación, olvido de la indignación y aceptación. ¡Sereis incluso más eficaces y económicos que los chinos!

Ahora, me tendréis que perdonar, queridos súbditos. Tengo que volver con mis cavilaciones acerca de cómo explotaros cada vez más sin que fallezcais de amargura y fatiga. Por ahora esto es todo.

Seguís sonriendo. Sabéis, esas pompas amnésicas me gustan cada vez más. Ahora que observo vuestros rostros, me siento como el flautista de Hamelín. Pero en vez de guiar ratones o niños, siento que dirijo una fila de peces. Porque eso es lo que sois a partir de ahora, queridos pececillos. No os preocupeis. Los peces deben de ser los animales más felices del mundo. Siete segundos de memoria. ¡Para qué más! Lo que significa que vosotros también seréis los seres más felices del mundo. ¡Incluso más que yo! ¿No es maravilloso?

Sí sí, van a ser los mejores cuatro años de vuestras vidas. ¡Ja ja, cuatro años, esta vez lo he dicho a posta!

1 comentario:

Gracias por comentar