miércoles, 9 de mayo de 2012

¡Amebas y gaviotas invaden la universidad!





Estamos a principios de Mayo de 2012 y hay un malestar tremendo entre los alumnos de la UVa (Universidad de Valladolid) debido a la subida de las tasas universitarias que se aprobó en el Real Decreto Ley 14/2012 del 20 abril de 2012.
El gobierno, ahora en manos de la mayoría absoluta populista con Mariano Rajoy al frente, está haciendo recortes en Sanidad y en Educación (contrariando su política electoral, ¡qué raro!) poniendo en un brete los servicios públicos y dejando gradualmente vía libre a la privatización de los dos pilares que en mi opinión, proyectan el potencial de una sociedad: la salud y la cultura.


Los estudiantes tenemos miedo de que se use la actual crisis para justificar el ahorro en servicios públicos (sueño erótico del actual Gobierno) y nos movilizamos entre nuestro compañeros. Repartimos dípticos, pegamos carteles, hacemos pasaclases (entramos en las clases para informar, si los profesores amablemente nos donan un mísero minuto de su tiempo), notas de prensa... todo con la intención de que los alumnos se concienticen del problema que nos incumbe ahora y que salgan a protestar por sus derechos o por impedir abusos de las altas esferas.


¿Pero cómo responden ante tales estímulos? Los estudiantes presentan un abanico de reacciones bastante divertidas que tienen sus análogos en la vida fuera de la universidad, pero sin embargo los nombraré aquí según la rabia que me den: 


Primero tenemos los "amebas", aquellos estudiantes que pasan olímpicamente de todo. Da igual si las cosas les afectan directamente o no, psicológicamente nacieron sin brazos, sin piernas y sin cabeza. Solo se dedican a existir, aprobando las asignaturas que les deje la vagancia, y si no se pueden permitir matricularse en una carrera simplemente vivirán de sus padres como personas asistidas y conformistas, y algún día, tendrán la fuerza suficiente para levantarse de la cama y suicidarse.


Por otra parte encontramos a los "bótox": estudiantes que en el momento de inyectarse toxinas en la cara, les picaba demasiado el culo y olvidaron sonreir, condenándose a llevar siempre una cara de refunfuñado por el mundo: la viva imagen de un sodomizado pintado por Picasso. Los bótox son como amebas pero con capacidad de hablar  y con fuerza de voluntad mal enfocada. Se pasan el día quejándose y defienden que todos los profesores son unos inútiles, que todos los alumnos son unos vagos y egoístas, que los políticos son unos cabrones, que todo está muy mal, pero no saben, ni quieren saber y ni confían en ninguna forma de cambiar las cosas que no sea el quejarse para otros bótox y para sí mismos, porque hacer protestas es cosa de perro-flautas. Se cree que los bótox son viejas del parque que se han reencarnado. Chamanes afirman que están poseídos por demonios malignos. Yo me lo creo.



En contrapartida podemos hablar de los "avestruces": aquellos estudiantes que se dan cuenta de la dimensión de los problemas y en lo que les podría afectar. Se creerán que iran a saco a protestar, pero la más pura verdad es que les da tanto miedo todo, que les aterra hasta librarse de sus problemas. Lo normal es que se frusten a la mínima y se desesperen con facilidad. Les informas y como buenos avestruces, meten la cabeza bajo el suelo y que el mundo mismo se encargue de arreglarse mientras comen gusanos. Sin embargo son un buen medio de difusión ya sea en redes sociales o por el boca a boca, porque los gusanos que comen cavan túneles por los que los avestruces se pueden comunicar con otros de su misma especie, también con la cabeza enterrada por sus propios problemas personales.



Me gustaría mencionar a los estudiantes "polén": estudiantes que se mueven según sople el viento. No tienen realmente noción de cómo funciona el mundo actualmente y proponen filosofías de vida y de política que se contradicen pero se aceptan igualmente porque son cosas "guays" que cuanto más veces se dicen más alternativa vuelve a la persona que lo dice, algo que también es guay. Y todo lo guay, creáis o no, deriva en sexo libre. Si no entendéis qué quiero decir con esto, estáis igual que yo, porque tampoco tengo ni idea de cómo funcionan los impulsos eléctricos de sus neuronas. Pero eso no importa, les llamas a cualquier movilización contra el Estado o contra cualquier cosa que se salga de su vocabulario y la apoyarán a viva voz. Son buena masa crítica, eso es cierto, aunque la acaban liando de un momento a otro, dando mala imagen a cualquier intención reinvindicativa.


Además, están los alumnos "dropbox": estudiantes que están totalmente informados de lo que pasa, pero sin embargo no tienen sentido crítico alguno. Su cabeza no es otra cosa que un dropbox compartido por todos los seres de este planeta. Cualquier persona puede convencerle de cualquier idea siempre y cuando esté enmascarada con rasgos de coherencia, pero a la mínima que los medios actualicen su "carpeta cerebral" de compartición universal, cambiarán de parecer inmediatamente y hasta se volverán en tu contra durante unos segundos, hasta que vuelvas a convencerles de lo anterior. Son estudiantes inestables, y su presencia en protestas solo depende de la última persona con la que hayan hablado.


No podría terminar sin mencionar a los "gaviotas". Se pasan el día repitiendo la misma frase: "mío, mío, mío, mío". Los que hayáis visto "Buscando a Nemo" entenderéis de qué estoy hablando. No me hace falta seguir porque creo que es bastante obvio quiénes son.


Por supuesto, a pesar de todo ese panorama, están los estudiantes que, informados o no, saben que de cualquier persona se puede aprender y que nadie tiene la razón absoluta, que uno puede estar siempre equivocado y analizan por tanto con humildad cualquier idea y defienden con fuerza y confianza aquellas concepciones obtenidas mediante un razonamiento objetivo pero empático. No sé cómo llamarles de forma divertida, pues mi creatividad se nutre bastante del sarcasmo y de la rabia. Sin embargo, para mí esas personas (ya no sólo estudiantes) son la esperanza de cualquier problema. El mundo no es peor de lo que es por la existencia de ese tipo de gente, que no tienen por qué ser personajes historicos ni figuras famosas. Están ahí, aportando su granito de arena, cambiando el mundo desde abajo, no desde la sombra, sino bajo un sol abrasador que los castiga cada momento en que intentan desafiarlo con su mirada. Y eso es así porque ninguno de ellos suele ser recompensado por tanto esfuerzo. Vivan los buenos.

4 comentarios:

  1. Me pido ser....mmmm espera que mire de que tipo no he sido ya....puf que asco de universidad y pensar que he picoteado de todo. Que me queda, sin duda la última opción expuesta es la más suculenta. Como empiece con algo no paro, creo que seguiré protestando por tener lentejas para comer algún día o alubias verdes. ¿De qué sirve protestar?¿Es rentable protestar tanto para cambios tan lentos?
    ¿No habría que hacer una operación más ambiciosa que el movimiento del día quince? ¿Hay que renovar toda la casta dirigente? WHO KNOWS
    ¿Qué tipos de personas son aquellas que dicen ser del pueblo pero a las espaldas les escupen?

    Que asco de país. ADP

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  2. Los que dicen ser del pueblo pero luego te escupen por la espalda son las "super cigüeñas". Básicamente son cigüeñas con máscara de batman.
    ¿Si protestar sirve de algo? Puede que a corto plazo no mucho. Sin embargo son una buena forma de presión y de que se sepa y se difunda la opinión general del pueblo. Si no hay protestas, significa que nadie tiene problemas, por tanto los altos cargos tienen vía libre para hacer lo que le venga en gana. Más que un medio para cambiar cosas, las protestas suelen ser un medio para impedir "malos cambios". Todo depende del contexto.
    Poca gente, comparado con la que debería ser, cree en la posibilidad de cambiar las cosas con protestas. Y eso se ve, cuando es normal ver 40.000 personas por la calle celebrando una victoria en el futbol. ADP

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  3. Cuando el fútbol ocupe su lugar justo, cambiaré de parecer respecto a la sociedad. La pregunta es¿Que sitio debe ocupar el fútbol? Eso da para otra entrada.

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    1. El mismo que el tenis. Al menos en términos de afición.

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Gracias por comentar